La OMS estima que para el año 2050, la mitad de la población mundial podría padecer miopía, una tendencia preocupante atribuida al uso extendido de tecnología como las pantallas. Esta situación ha generado alarma en la OMS y nos hace reflexionar sobre cómo cuidar nuestra salud visual en la era digital.
Hoy en día, nuestros ojos están expuestos constantemente a pantallas de dispositivos electrónicos, lo que contribuye al desarrollo de la miopía. Aunque algunas medidas, como el uso de filtros de luz azul en los teléfonos móviles, pueden ayudar a reducir el impacto negativo en cierta medida, la magnitud del problema persiste independientemente del tamaño de la pantalla de nuestro dispositivo.
Hasta ahora, la recomendación más sólida sigue siendo someterse a revisiones visuales periódicas, al menos una vez al año, a cargo de un profesional de la salud ocular, ya sea un oftalmólogo o un TMO. Estos especialistas pueden diagnosticar problemas visuales y proporcionar lentes ópticos personalizados para corregir la visión. De esta manera, se pueden prevenir complicaciones asociadas con la deficiencia visual, como dolores de cabeza y pérdida de visión a distancia debido a la adaptación de los ojos, entre otros.